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domingo, 12 de diciembre de 2010


LA EVOLUCIÓN CONTRA EL CREACIONISMO


Charles Darwin dio a conocer su teoría de la evolución en 1859, en un libro que desde entonces forma parte de las obras más importantes de la cultura universal: On the Origin of Species. Menos de un año después, un obispo de mal recuerdo intentó menospreciar la nueva teoría con unas vergonzosas palabras: "Querría preguntar al profesor Huxley sobre su creencia de que procede de un mono. ¿Esta ascendencia proviene del lado de su abuelo o del de su abuela?", palabras a las que el propio Thomas Huxley, distinguido biólogo, contestó con la dignidad que él mismo, Darwin y la ciencia se merecían: "No tendría ninguna vergüenza de haber surgido de un origen como este, pero sí me avergonzaría proceder de alguien que prostituye los dones de la cultura y la elocuencia al servicio de los prejuicios y la falsedad".

Hace casi 150 años que disponemos de uno de los instrumentos científicos que mejor, y con más éxito, nos ha ayudado en la tarea de conocer cuáles fueron nuestros orígenes. Y el tiempo ha pasado desde que la idea de la evolución de las especies que pueblan la Tierra ha sido atacada por motivos en los que las creencias religiosas ocupan un lugar preferente.
 
Estados Unidos, el país más poderoso del planeta, líder en el avance de la ciencia, se ha distinguido a la hora de luchar en contra de la teoría de la evolución. A comienzos de la década de 1920, varios estados prohibieron la enseñanza de la evolución, decisión que fue anulada, por anticonstitucional, en 1968 por el Tribunal Supremo. Poco después, sin embargo, la década de 1970, Arkansas y Louisiana introdujeron una norma que exigía que se debía dedicar el mismo tiempo en los colegios a enseñar una interpretación literal del creacionismo, que a la evolución. Pero la historia no se detuvo ahí: en 1999, el Consejo Escolar de Kansas aprobó eliminar la evolución, así como la teoría del Big Bang, de los programas científicos del Estado. No se prohibía la enseñanza, pero sí que el tema se incluyera en los exámenes que se realizaran en todo el Estado.
 
A primeros de agosto de 2008, el ex presidente estadounidense de la rama ultraconservadora, George Bush, volvió a la carga, esta vez utilizando un vieja técnica, la de utilizar otras palabras: en lugar de creacionismo, habló de "diseño inteligente". Concretamente, lo que hizo fue manifestar que se debería tratar el "diseño inteligente" al mismo tiempo que el de la evolución cuando se enseña a los estudiantes sobre la creación de la vida.
 
Hay otro argumento, que casi es vergonzoso recordar: el creacionismo, puede consolar nuestra existencia, pero no ha explicado nunca nada. Contrariamente, la idea de la evolución, ya sea a la manera de Darwin o en otras versiones, no lo explica todo, por supuesto, pero sí explica muchas cosas, y cada vez más.
 
DATOS OBTENIDOS DE WIKIPEDIA.COM